La Ley de Hooke describe el comportamiento elástico de los materiales cuando se les aplica una fuerza que provoca su deformación. Esta ley, formulada por el físico británico Robert Hooke en el siglo XVII, establece que la deformación de un objeto (ya sea estiramiento o compresión) es directamente proporcional a la fuerza aplicada sobre él, siempre que no se exceda el límite elástico del material. En otras palabras, dentro de ciertos límites, si se dobla, estira o comprime un objeto como un resorte o una barra de metal, la fuerza aplicada y la deformación resultante mantienen una relación constante.
Esta relación se expresa con la fórmula básica de la ley, que indica que la fuerza es igual a la constante de elasticidad del material multiplicada por la deformación experimentada. La constante de elasticidad, también llamada constante de resorte, es específica para cada material y depende de factores como su rigidez o elasticidad. La Ley de Hooke es válida solo dentro del rango en el cual el material puede volver a su forma original al cesar la fuerza aplicada. Si se supera este límite, el material puede sufrir deformaciones permanentes o incluso romperse, lo cual invalida la ley.
La Ley de Hooke es fundamental en áreas como la ingeniería, la arquitectura y la física, ya que permite diseñar estructuras y sistemas que resistan fuerzas sin dañarse. Este principio es clave para entender fenómenos en los que intervienen materiales elásticos, como el funcionamiento de resortes, la amortiguación en vehículos y los sistemas de suspensión, entre otros.